lunes, 5 de agosto de 2013

Poniéndome al día

Estamos en pleno Agosto y yo editando fotos de febrero. Cómo es posible que haya llegado a este extremo? Se puede tener más botado un blog?

Bueno, acá estoy, tratando de ponerme al día con esta locura de fotos acumuladas. Tanto así que reduje considerablemente la lista inicial de fotos del verano que tenía para publicar acá. El primer semestre me ha tenido loca, una cosa tras otra y otra y otra y no paran de salir. Y mi cámara tirada en un rincón como un perro abandonado. Entre las cosas con las que he tenido que lidiar, me cambié de departamento. Una mudanza es una locura infernal con una cuota de lindura, porque no puedo negar que una parte de mí se entretiene regalando y botando cosas que no uso o quiero, o decorando los nuevos ambientes. Más que decorar, ver la ubicación de los muebles, porque tanto me he cambiado de casa, que mi nivel de minimalismo ya raya en el notenercasinadismo. 

Pero el balance ha sido positivo, a pesar de la locura y todo, las cosas están bien. No hay quejas (grandes al menos).

Bueno, pero como este es un post para ponerse a día, retrocedamos en el tiempo y volvamos a febrero. Lago Ranco, pasé un mes ahí, mes exquisito. Como yo, pasaron varias personas también por la casa de Lago Ranco, entre familia y amigos. Mi prima y tía estuvieron dentro de esa lista y con ellas hicimos un pequeño viajecito a la ciudad de Valdivia. Valdivia es una mezcla entre ciudad chica con aire a pueblo sureño que me fascina. Es linda. Muy linda y miles de veces he anhelado vivir ahí, a pesar de ser la ciudad más lluviosa de Chile, pero ya todos saben que el invierno y yo nos llevamos de maravilla. El viaje que hicimos fue por el día y bien accidentado, porque no llevábamos ni 10 minutos en tierra Valdiviana y a mí se me ocurrió patear un trozo de vereda levantado y cortarme el dedo pulgar del pie derecho. Así es que nuestra primera parada fue la Clínica Alemana de Valdivia donde rogué que no me hicieran puntos y milagrosamente fui escuchada, con la promesa de que estaría inmóvil con el pie en alto..... "sí, por supuesto!". Acto seguido, refuerzo de vacuna antitetánica, parches de todos los tipos (con antibiótico, elásticos, no elásticos, para el agua, etc)...... y después a recorrer Valdivia. En mi defensa quiero decir que fui muy cauta, no es que me haya lanzado como loca a caminar por la ciudad con una gran porción de dedo literalmente atado a mi pie, sino que hicimos el clásico paseo en barquito por los ríos de la ciudad y nos trasladamos de un lugar a otro siempre en bus o taxi. Tan loca no soy. Tenía clarísimo que el riesgo era perder ese trocito de dedo y que éste quedara para siempre más chico. 

Pero volvamos a la parte linda...... Valdivia es BELLO!!!




Como pueden ver, el día estaba nublado, pero eso no le quita belleza. Me dio mucho gusto ver a los remeros entrenando muy temprano en el río del mismo nombre que la ciudad (hasta el puente, después de eso se llama Calle Calle). De acá han salido los mejores remeros de Chile en su mayoría, algunos con grandes premios internacionales. Y para donde se mire, hay un remero entrenando :)



El mercado tiene su encanto también, se venden pescados y mariscos frente al río y hay galpones llenos de todo tipo de artesanías. Muy entretenido. Lamentablemente pude tomar una sola foto del mercado desde el agua, porque cuando caminamos por ahí ya no había mucha luz. En el agua hay varios lobos marinos que han entrado por el río desde el mar y se han quedado ahí viviendo de los restos que tiran al agua desde el mercado. Que comodidad, no? 



El paseo en barquito fue estupendo, vimos casas antiguas que sobrevivieron el peor terremoto y tsunami de la historia desde que se tiene registro, santuarios de naturaleza y muchas cosas lindas.





Ya entrada la tarde el día se despejó y fiumos al fuerte de Niebla, construido por los españoles en tiempos de la Colonia entre otros fuertes por ahí cerca. Es precioso, se encuentra construido sobre un acantilado y tiene una de esas vistas en donde sólo se escuchan wawwws y ohhhhs! En el interior hay un pequeño museo con españoles de cera que pareciera que iban a decirte "qué haceis por acá" o algo así de españolisimo, y vitrinas con armas y otras cosas de la época. Obviamente en el interior no se podían tomar fotos.






Tuve mucha suerte estas vacaciones, ir al sur de Chile es una lotería en términos de clima. No sólo tuve 25 días de puro sol, sino hasta nos achicharramos de calor las primeras dos semanas. Yo igual quería un par de días nublados y una de esas lluvia "de balde" como digo yo. Y como la perfección estuvo destinada a estas vacaciones, tuve lo que quería justo los 5 últimos días antes de volver a Santiago. Por supuesto que las nubes no impidieron que los niños salieran a disfrutar del jardín.....






Ni las más grandecitas tampoco...







2 comentarios:

  1. hola! que bonitas fotos!! :)
    jaja no te preocupes, yo todavía no he publicado posts sobre Roma y fuimos el año pasado! imaginate!
    tengo que aplicarme más! jjaja

    Un beso!

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    1. Hola Imma!!! Así es, a una la agarra la máquina, como decimos acá en Chile, y pasa el tiempo volando. Gracias por tu mensaje! Estoy recién retomando mi blog, después de siglos. Esta vez es en serio!!! Lo juro!

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