Finalmente me decidí a
hacer varios post sobre mis vacaciones por separado. Después de botar las
botables, quedaron mil fotos en una carpeta que me llena el corazón de
felicidad, porque son los recuerdos de unas de las vacaciones más lindas de mi vida.
También me llenaron el disco duro, así
es que necesito otro computador.
Ante la maratónica tarea
de elegir entre tanta foto sólo algunas para hacer un post, no tuve alternativa
y opté por ponerme práctica para no dejar a ninguno de mis recuerdos recordables fuera. Hay fotos que tienen que estar, sí o sí, por lo tanto, dividir fue la
opción. Al inicio intenté elegir sólo unas pocas, pero partía con una lista que
ya era larga… después iba incluyendo algunas por sentimentalismo y terminaba
con algo parecido a un testamento y tenía que volver a empezar. Así es que
partía de nuevo… y vuelta al testamento. Y así llevo ya más de un mes desde que
llegué y entre pito y flauta en mi blog comienzan a salir telarañas y a sonar
los grillitos.
Antes de irme de vacaciones
mis neuronas habían comenzado a fallar gravemente y mi temperamento era algo
parecido a un tiranosaurio rex hambriento. Cuando mi avión despegó rumbo al
sur, casi lloré. Juro que es cierto y eso que yo no soy llorona. El destino final era Lago
Ranco, en la Región
de Los Ríos, sur de Chile, pueblo encantador, lago maravilloso, belleza extrema,
verde frondoso, aguas cristalinas. Pero como mi avión sólo llegaba hasta
Temuco, porque no encontré pasajes hasta Puerto Montt ni Valdivia, que hubiera
sido lo ideal, aproveché de pasar a la casa de mi hermano en Panguipulli, a
quien no veía hace miles de años y que vive en el PARAÍSO. No me creen?
Miren……..
Todo este verde está en
el patio de mi hermano…
Esta mesa con cosas de
campo recicladas, está en el patio de mi hermano…
Este río y la cascada
también están en el patio de mi hermano…
Sin duda un paraíso, casi
una falta de respeto para el resto de los seres humanos. Pero el paraíso más grande
está en él y su familia. Ellos me acogieron con un cariño inmenso y dejaron en evidencia que el mito de que la gente del sur es cálida no es un mito. También me
acogieron con una pizza... igual de inmensa… calculo unos 80cm x 50cm, cocinada en
horno de barro. Pensé que no íbamos a ser capaces de comer semejante alfombra
de queso… pero se me había olvidado que yo soy yo y mi hermano es mi hermano y
que juntos somos como una especie de piraña devoradora de cosas ricas (juro por
mi vida que sola no como tanto… esto me pasa sólo con él). No le saqué fotos a
la comida… estupidez justificada,
porque mi brutalismo mental por falta de descanso recién empezó a pasar un par
de semanas después de llegar al sur, en ese momento aún estaba en estado crítico.
Rematamos la velada con
berlines de Lago Ranco que había llevado mi papá, pura y deliciosa masa dulce
frita rellena con manjar (dulce de leche para los argentinos y ni idea como le
dicen españoles y venezolanos), crema pastelera o dulce de membrillo……. Y esto
sólo fue el primer día. Como era de esperar, cuando volvimos a Santiago no sólo
las maletas pesaban más.
Antes de seguir nuestro
camino a Lago Ranco, el atardecer comenzó así…
Y terminó asá...
Imposible pedir más
perfección. Con este comienzo... cómo no iba a tener unas vacaciones maravillosas???
Esto es un paraíso sin lugar a dudas! Emanan tranquilidad pura estas fotos, Fla!
ResponderEliminarNat, la tranquilidad, la pureza de ese lugar... son mágicas!
EliminarTu hermano de verdad que vive en el paraiso! Que lindas fotos Fla!
ResponderEliminarGracias Karininchen! Que bueno verte por acá! Te mando un besote!
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